viernes, 21 de diciembre de 2012

EL BELEN DE NAVIDAD EN PITUSOS

Hola a todos:

Se acerca la Navidad,  y como el año pasado, hemos celebrado  su llegada  en la Escuela Infantil "Pitusos", a la que yo  asisto,  con una fiesta muy bonita. La fiesta ha consistido en organizar un Belén de Navidad, en el que los protagonistas hemos sido  todos los niños y niñas de Pitusos. Nuestras mamás, papás, abuelas y abuelos han colaborado, sobre todo, en el diseño y confección de los trajes.



Mi hermano y yo hemos  tenido una participación especial. A mí me eligieron para representar a San José, y mi hermano ha sido el Niño Jesús.
Los dos hemos pasado unos días de nervios, han sido los días previos a la  representación. Mi hermano estaba más tranquilo que yo porque su papel consistía en  permanecer quietecito en el pesebre.

Pero  lo mío era distinto. He tenido que lucir una túnica, cubrirme la cabeza y llevar como una diadema. Y eso era muy fuerte para mí, pués  ya sabéis que no me gusta  que me pongan ropas exóticas y menos que me cubran la cabeza. Pero tras mucho entrenamiento y el gran esfuerzo  de  las profes de Pitusos,  me he ido acostumbrando a mi papel y adaptándome a las  exigencias del guión.



Y llegó la tarde del estreno, de la presentación.  Esa tarde había más nervios que de costumbre. Mi hermano se dejó vestir sin oponer resistencia. Le metieron dentro de un zurrón de lana blanca y estaba de dulce. Conmigo  era distinto. Todos  esperaban ansiosos mi reacción, estaban preocupados por si rechazaba la vestimenta. Pero yo, que había captado la importancia del momento,  me adapté a las  circunstancias y me dejé llevar y hacer. ¡Mis papás y abus estaban  sorprendidos de mi colaboración!

Nos encaminamos hacia Pitusos. Había más gente de lo habitual, la mayoría desconocidos. A mi hermano y a mi nos metieron enseguida detrás del  telón, como a los demás niños y niñas que participábamos. Allí, las profesoras nos organizaron y nos dieron las ultimas instrucciones. Tras el telón se oían muchas voces de mayores. Todos nos mirábamos con la curiosidad de querer saber lo quepasaba allí detrás.




A mi hermano le colocaron tumbado sobre el pesebre. A la izquierda, pusieron a la Virgen María , y a la derecha me coloqué yo, San José. A ambos lados, tanto de la Virgen como  mío,  una hilera de pastores, de animalitos, de estrellas, y hasta de  Reyes Magos nos acompañaban en el acto.




Y entonces,  se encendieron las luces, sonó la música y comenzó a abrirse el telón. Todos los niños nos quedamos con la boca abierta. Estábamos ante muchas personas mayores que nos miraban sorprendidos  y escrutaban al detalle nuestros trajes. Y empezamos a bailar, siguiendo la música y las orientaciones que nos daban las profesoras. Todo el público esta entusiasmado y  disfrutaba con nuestra exhibición.


Mi  yaya, me dijo después, que ríó y lloró de emoción al mismo tiempo. Mi hermano estuvo en su papel, sin inmutarse. Yo me moví con soltura y bailé. Para sorpresa de los míos, tuve detalles de showman. Además, quien me lo iba a decir, estuve preocupado unos momentos, justo cuando el gorro se ladeó sobre mi cabeza y parecía caerse. Todo salió muy bien. Los papás felicitaron a las profesoras de Pitusos por su trabajo, un trabajo excelente.
Al final, también vino Papá Noel. Nos trajo un regalo  a todos los niños y nosotros le prometimos que  seríamos buenos.
Mi abu ha recogido todo en un video. Será divertido verlo.
Terminada la función, y como todo había ido tan bien,  nos fuimos a tomar algo para celebrarlo. 

Un besito.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

¡NOS FUIMOS A MARINA D'OR!

Hola a todos:

Hace unos días nos fuimos toda la familia de fiesta a Marina d'Or (Oropesa del Mar, Castellón). Allí pasamos un finde muy entretenido. La tía Marina  nos invitó a todos. Para empezar, nos tuvimos que disfrazar. Mi tía Cristina había diseñado todos los disfraces y organizado todo el protocolo de la fiesta.




 







Como había un desfile de Moros y Cristianos, nuestro disfraz era de moros. Mi hermano y mi primo estaban muy guapos.

Uno de los momentos más emotivos fué cuando desfilamos delante de mi tía Marina. Ella estaba como una reina, sentada en su trono, y nosotros pasábamos dándole un beso como señal de  agradecimiento.







Yo también me disfracé. Mi tía Mavi me cogió en brazos para que disfrutara del espectáculo sin asustarme.





Lo pasamos muy bien y disfrutamos en familia, que es de lo que se  trataba. ¡Gracias Marina por un regalo tan bonito! ¡Te queremos mucho!.






He de contaros que mi hermano Miguel  ha asistido a su primera clase de violín. Estaba muy contento y  muy concentrado en lo que la profesora le explicaba. Se nota  que le gusta la música. Su papá ha contribuido y contribuye  en ello.


 
Salió tan agotado de la clase que llegó  a casa, se puso su batita, cogió a su amigo, el mono Miguel,  y se tomó un gran bibe. He de deciros que ha sido mi hermano el que puso nombre al mono que le regalaron Loreto y Quique, amigos de mis abus.





Ahora que hablo de mis abus,  no puedo cerrar el blog sin poner esta bonita foto de Altea, con el peñón de Ifach, al fondo. La hizo mi abu en una    salida cultural-gastronómica, con unos  amigos.








Aquí podeís ver a mi yaya con sus  amigas Dorina y Carmina, muy contentas.





 



También hemos asistido al cumple de mi primo Juan. Lo celebramos  en Mandarina Garden. Acudimos muchos niños y niñas y lo pasamos muy bien.

Mi primo llevaba la corona de rey de la fiesta.


A todos nos pintaron la cara.

Un fin de semana de noviembre nos hemos ido  con mi abuelita a Sierra Espuña. El paisaje estaba precioso y el campo invitaba a pasear. El aire puro de la sierra  y el canto de los pájaros eran permanentes compañeros. Como se acerca la Navidad, hemos cogido piñas secas para los adornos.

Después, mi papá, mi hermano y yo nos  acercamos al olivo de Jerusalén, donde están parte de las cenizas de mi abuelito Juan.



Luego, mi hermano Miguel ayudaba a mi abuelita a arreglar las flores del patio de La Agradecida.
 
¡No  sabéis lo que me ha costado  hacer este blog! He estado ingresado en el hospital. Hacía unos días que estaba malito, que comía poco. Me han tenido en observación porque tenía muchos mocos y me costaba respirar.






Aún hoy, día 28 de noviembre, el día que cumplo 5 meses, sigo en el hospital. Aunque parece que me darán el alta hoy mismo.
Me han tratado muy bien, el personal sanitario ha sido muy amable conmigo. Yo les he compensado con  abundantes sonrisas. Pero  deseo volver a la normalidad. Con un poco de suerte podré terminar el blog en mi casa. Tengo unas  ganas enormes de ver a mi hermano Miguel. Quizás pueda darle una sorpresa. Hasta ahora,  cuando él quiere que yo participe en sus juegos, acerca un cochecito o cualquier otro juguete a mi mano para que lo coja.

Como yo no muestro iniciativa, porque aún soy muy pequeño, el piensa que no deseo jugar. Entonces, suele preguntarme en voz alta:
-¿ Es que no quieres jugar, hermanito?
No es eso Miguel. Es que aún me faltan  destrezas y habilidades.Sin embargo, ahora te digo querido hermanito, mi querido hermano, que sí deseo jugar. Que nada me gustaría más que poder jugar largos ratos contigo  al nivel de implicación que tú deseas. Pero todo llegará.
En el hospital he cogido con mi mano derecha el cablecito de la vía. Casi todo el rato lo manipulaba. Mientras lo hacía, pensaba en tí y en el coche. Ahora tengo más destreza. Seguro, querido hermano, que ahora, cuando me entregues de nuevo el cochecito, lo asiré con fuerza y podremos jugar un ratito, tú con tu coche y yo con el mío. Un besito.

domingo, 28 de octubre de 2012

¡ MIS CUATRO MESES Y HALLOWEEN EN MANDARINA!


Hola a todos:

Hoy cumplo  cuatro meses. Me voy haciendo mayor y lo noto. ¿Que en qué lo noto?. Pues os lo voy a contar. Para empezar,  voy observando unos cambios significativos en mi desarrollo, como:
  • Mi estómago va aumentando de tamaño y admite  más cantidad de alimentos. Además, me  añaden al bibe alimentos sólidos.Así, comienzo a aguantar más entre toma y toma. Ya llevo varias noches  dando una tremenda alegría a mis papás, pues me tomo el bibe de las  10-11 noche y aguanto dormido hasta las  6 de la madrugada. ¡Están que no se lo creen!.
  • Si me ponen boca abajo, soy capaz de incorporarme apoyándome en los brazos. Mis brazos  se fortalecen y, además, puedo ver el entorno desde otro punto de vista.
  • Con mis manitas puedo agarrar objetos y juguetes y llevármelos a la boca. Me paso ratitos jugando solo.
  • Repito los "ajos" que me dicen y me  echo mis parloteos. Mi risa es sonora y  demuestro mi alegría con movimientos de todo mi cuerpo.
  • Ya puedo distinguir la mayoría de los colores. Los juguetes que más me atraen son  los de  colores llamativos.
  • Empiezo a "desconfiar" de la gente que no me es familiar, pero al  enseguida se me pasa.
    
Además de los cambios, me han ocurrido otras cosas en estos últimos días. Por ejemplo, me han cortado el pelo por primera vez. Mi papá me llevó a una peluquería y me estrené. El peluquero me cortó el pelo estilo "piscinero", como se lo corta mi abu. Me costó reconocerme al principio, pero ahora me siento agusto. También me he cambiado del carrito de mis primeros meses a la silla y en casa, la hamaca. Me gusta más ir en la silla porque me permite  ir incorporado y ver el mundo  desde  una  posición más erguida. Disfruto más de los paseos. 


 Además, puedo ver lo que hace mi hermano y jugar con él.  A veces,  jugamos juntos y nos cogemos  de la mano. Es el inicio del tiempo a compartir  entre ambos en un futuro. 
También os tengo que hablar de mi hermano. Estaba muy contento porque  mi tía Berta le regaló una planta de pimentitos amarillos. Con la ayuda de mi abu, los trasplantó a otra maceta, los regó y ahora espera a que crezcan. Luego se fué a ayudar a mi yaya  a la cocina. Le gusta ver cocinar y  oler todos los platos. Mi yaya tuvo que ponerlo en una silla para  que siguiera todo el  guisoteo.

Pero lo más divertido ha sido la fiesta de Halloween en Mandarina Garden que celebramos ayer, sábado. Para ir a la fiesta teníamos que  llevar disfraz. Mi hermano  se disfrazó de  vampiro y yo de pequeño diablo. También mi papá y mi tía Berta se animaron y se disfrazaron de momias con la venda en la cabeza.
  


Antes de irnos para Mandarina nos hicimos una foto en el sofá. ¡Una foto que daba miedo!
Llegamos a Mandarina. A primera vista nos impresionó. Luces, colorido, música y mucha gente. Cantidad de niños y niñas  con disfraces.  Enormes calabazas llenas de luz y bonitos dibujos adornaban todo.

 Hasta había un pequeño cementerio de mosntruos. La de la venda es mi tía Berta. Mi mamá se acercó para rescatarme. Mientras mi yaya se recuperaba del susto.

Mi papá, cuando se enteró de que yo había corrido peligro, se puso en marcha y estaba dispuesto a todo. Al final, no pasó nada y pudo quitarse la venda.
 
Mientras, dentro  funcionaban los talleres. También, papás   y niños/as tomaban un refresco  con buñuelos y huesitos de santo. ¡Una delicia!.

Luego, comenzamos a salir al jardín. Todos los niños rodeaban la fuente buscando los peces de colores. Parecía que no estaban, pero sí. Ante la movida que se avecinaba, habían optado por escornderse debajo de unas hojas que flotaban en el agua. Fué tanta la insistencia de los niños, que los peces no tuvieron más remedio que  dejar  la protección de las hojas y salir a vista de todos. Y entonces creció el alboroto. Todos los niños querían verlos, e incluso alguno se atrevió a meter la mano en el agua con la intención de tocarlos. Fué un momento mágico y lleno de inocencia, un día muy intenso. Un besito de mi hermano y mío. 

lunes, 15 de octubre de 2012

¡ DE CUMPLE Y DE SANTO !

Hola a todos:




Hace unos días mis papás, mi hermano y yo, y la abuelita nos fuimos a Albacete, para celebrar el 92 cumpleaños de mi bisabuela Maruja. Como siempre, allí nos juntamos la gran familia. Yo iba algo inquieto porque era la primera vez que acudía a una celebración de este tipo. También porque no sabía que impresión iba a causarles mi visita, ya que hacía tiempo que no nos veiamos.







Sin embargo, todo salió de maravilla. Mi bisabuela Maruja  estaba guapísima y muy contenta de tenernos  a todos junto a ella. Nos fuimos a un restaurante a comer y a celebrar el cumple. Todo eran abrazos, besos y alegría.







Yo pasé de brazo en brazo y les impresioné a todos de lo fuerte y guapo que estaba. Mi hermano no paraba de correr y jugar con los demás primos. Disfrutamos mucho de este encuentro familiar.




Por la tarde, ya anochecido,  regresamos a Alicante. Veniamos tan cansados que mi hermano y yo nos quedamos dormidos.




Como mi primo Juan  no había venido a Albacete, estaba impaciente por ver a mi hermano. Se encontraron en Gadea, se subieron  a la silla  doble y posaron para esta foto tan bonita.




Aprovechando que estábamos en Gadea, nos acercamos a Mandarina Garden. Allí nos esperaban las mamás emprendedoras organizando una fiesta para chicas de 35-40 años. Estaban tan animadas que era imposible que la fiesta no fuera un éxito.



Y llegó el santo de mi yaya Pilar. Como antes os lo ha explicado mi hermano Mateo, ahora me toca a mi.



 


El santo fué el viernes pasado, día del Pilar. Por la mañana, nos fuimos  todos de paseo por la Plaza Nueva . Allí vimos los peces y jugué con mi madrina Berta. Luego  los mayores tomaron unas cervecitas y yo comí  frutos secos. Mi hermanito estaba tumbado en el coche disfrutanto de un día espléndido. Como llegaba la hora de comer, nos dirigimos a casa. Mi yaya había preparado una de esas comidas que generan adicción a la buena mesa. Mi abu sacó una botella de vino. Por los comentarios que oía debía ser bueno, porque alzaban las copas, se reían y decían ¡qué rico!.


Mi yaya estaba muy emocionada. Tanto, que cogió en brazos a Mateo  y casi llora de alegría. Luego le  pusieron el el coche y aprovechó para lucir sus zapatos nuevos. Tan nuevos, tan nuevos, ¡ que era la primera vez que usaba zapatos! Esto es una exclusiva.



Después de comer, tomé mi  caracol de madera, regalo de Teresa, y dí unas cuantas vueltas por la casa. Luego busqué mi juego de plastilina y comencé a crear  y a inventar objetos y animales.


 
Mi hermano, desde su carrito, observaba con mucha atención mis movimientos. Deseaba participar, pero aún  no es capaz de despegarse del carrito. Un beso de los dos.