Hola a todos:
Llegó el verano, el calor aprieta, el sol ciega los ojos.
Hoy me toca a mi llevar gafas de sol. Como aún no tengo las mías, me he puesto las de mi papá, pero sólo un ratito, para impresionar.
Hoy me toca a mi llevar gafas de sol. Como aún no tengo las mías, me he puesto las de mi papá, pero sólo un ratito, para impresionar.
El sábado pasado nos fuimos a la playa. Llegamos y mi hermano se fué hacia el agua sin pensárselo dos veces.
Mi yaya estaba cerca y enseguida gritó: ¡ Que se mete!
Luego resultó que Miguel iba a coger agua con la regadera para llevarla al castillo de arena que estaba haciendo el abu.
Viendo a mi hermano, me entraron muchas ganas de "colaborar" arreglando el castillo y me lancé a la arena.
Al momento, arena y yo, éramos uno. No sólo "retoqué" el castillo de mi abu Miguel, sino que mi ojo derecho estaba cegado por la arena, que hasta llegué a probar, y todo mi cuerpo embadurnado. ¡ Qué gustazo!
Viendo a mi hermano, me entraron muchas ganas de "colaborar" arreglando el castillo y me lancé a la arena.
Al momento, arena y yo, éramos uno. No sólo "retoqué" el castillo de mi abu Miguel, sino que mi ojo derecho estaba cegado por la arena, que hasta llegué a probar, y todo mi cuerpo embadurnado. ¡ Qué gustazo!
Pero, afortunadamente, mis abus estaban cerca. Nos cogieron a los dos y nos dieron un buen remojón. Miguel y mi abu se fueron a cazar olas "de chupa-chupa", de las grandes, de las que te tiran y te ponen los pelos de mil maneras.
Estábamos un poco con moquillo y con el baño desapareció de golpe. ¡ Cómo disfrutamos!
Por la tarde, nos fuimos a dar un paseo y a jugar un ratito al parta de mi abuelita. Yo me metí en la casita de colores y me asomé por todas las ventanas asustando al personal.
Mi hermano se sentó en un caballito y jugaba con los cochecitos y el helicóptero.
Más tarde, casi anochecido, mi abu nos indicó la bonita puesta de sol vista desde el apartamento.
Era tan espectacular que le hicimos estas fotos. Un besito de los dos.